sábado, 7 de mayo de 2011

Leyendas de Sevilla I

Conozcan dos bonitas leyendas de la ciudad de Sevilla:

Calle Cabeza del Rey Don Pedro

 

En un recorrido nocturno por la ciudad, el Rey Don Pedro I, motivado por un lío de faldas, descargó su ira con el hijo del Conde de Niebla, con el cual se batió hiriéndole de muerte, ya que este era partidario del hermano bastardo del rey para que ocupara el trono. El batir de las armas despertó la curiosidad de una anciana, vecina de la calle donde ocurría la acción. Al alumbrar con el candil observó al protagonista, que se destacaba por ser blanco, rubio, ceceaba al hablar y les sonaban las rodillas al andar. Estos rasgos eran conocidos en la ciudad, por lo que no dejaban dudas. La anciana, ante el estupor de lo visto se apresuró a cerrar la ventana cayendo el candil a la calle junto el cadáver, lo que motivó que las autoridades la llevaran a la presencia del rey, que en acción de justicia prometida a los Guzmanes, familiares del fallecido, les dejó claro que cortaría la cabeza al malhechor y la expondría públicamente. Ante las preguntas hechas en interrogatorio a la anciana, aunque era reacia a contar lo sucedido por aludir al rey, terminó confesando lo que presenció, y cuando llegó la pregunta de que dijera su nombre contestó "El Rey".

 El asunto se liquidó cortando la cabeza a una estatua del rey, que fue expuesta públicamente tal como se prometió. La cabeza estuvo depositada en una hornacina que actualmente existe en la denominada desde entonces calle de Cabeza del Rey Don Pedro. Así mismo la calle cercana donde tuvieron protagonismo los hechos recibió el nombre de Candilejo, en recuerdo al candil que propició el encuentro de un testigo para aclaración del desenlace.

Fuente: http://sevillamisteriosyleyendas.blogspot.com/2010/01/leyenda-de-la-cabeza-del-rey-don-pedro.html


Calle Susona 



La leyenda de la Susona transcurre en uno de los barrios más bonitos de Sevilla. calles, callejones muy estrechos, hechos antiguamente para protegerse del riguroso verano sevillano y muchas terminaban en plazuelas para que pudiera entrar el aire por ellas. Este barrio está situado a los pies de la giralda y está rodeado por las murallas del Alcázar.Cerca del patio de banderas y desembocando en la Plaza de Dª Elvira se encontraba la antigua calle de la Muerte.Antiguamente, como en gran parte de España  ocurría en esta ciudad, convivían las tres gandes religiones, la cristiana, la hebrea y la musulmana. En Sevilla había una importante colonia judia, especialmente, cuando destruído el califato, muchas familias de Córdoba la eligieron como nuevo refugio al principio del siglo XI.

La primera judería se encontraba en el lado oeste de la ciudad en donde hoy se encuentra la iglesia de la Magdalena y San Lorenzo. Esta judería desapareció para desplazarse al Barrio de Santa Cruz y San Bartolomé, donde permanecería hasta que fueron expulsados los últimos judíos en época de los Reyes Católicos.Eran grandes comerciantes y prestamistas. Por esto y por la diferencia de creencias hacían que fuesen personas no queridas por los cristianos, empezando una camapaña contra ellos.En la época de los Reyes Católicos, año 1481, comenzó a fraguarse un complot por parte de los judíos. Esto resultó como represalia al trato sufrido de parte de los cristianos. Venía arrastrándose desde un siglo antes, cuando se produjo una gran matanza, con cerca de 4.000 judíos muertos, en la que casi lo exterminaron de Sevilla.Los judíos intentaban, mediante el citado complot, hacerse con el control de la ciudad. Para ello también buscaron el apoyo morisco.El lugar elegido para la reunión fue la casa de Diego Susón, judío converso, cabecilla de la revuelta. Este banquero vivía con su hija Susana Ben Susón, conocida en la ciudad como "la fermosa fembra", por su hermosura.Susana recibía tantos halagos de sus vecinos que le hizo soñar con alcanzar un puesto en la vida social de la ciudad y comenzó a verse con un hidalgo cristiano de Sevilla.Un día,  mientras esperaba que todos se acostasen en su casa para ir al encuentro de su amante, se enteró de la conspiración que tramaban los suyos, con su padre a la cabeza, en la cual pensaban atacar a los principales caballeros de la ciudad.Temiendo por su amado, Susona acudió  para advertirle del peligro que corría y así éste pudiese ponerse a salvo. Con ello puso en peligro a toda la colonia judía de Sevilla.Su amante puso la rebelión a oídos del asistente de la ciudad, Dº Diego de Merlo, que se personó en la judería para acabar con la rebelión y detener a los cabecillas de la misma. Entre ellos se encontraba Diego Susón, padre de nuestra protagonista.Detuvieron a los judíos y se los llevaron a la cárcel donde permanecieron unos pocos días y después fueron ahorcados en Tablada.Repudiada por los suyos, por ser la causante de la muerte de su propia gente, y tras caer en la cuenta de su grave error, la Susona desesperada busca ayuda en la Catedral, donde le dan la confesión y el bautismo.Su amante la repudia después de lo sucedido, y abandonada por todos,  la bella Susona busca consuelo y refugio en un convento de clausura de la ciudad,  en el cual terminó sus días, muy apenada por ser la propia responsable de la muerte de su padre.A la muerte de la Susona y tras abrir su testamento, se encontró en el escrito "Y para que sirva de ejemplo a los jóvenes en testimonio de mi desdicha, mando que cuando haya muerto separen mi cabeza de mi cuerpo y la pongan sujeta en un clavo sobre la puerta de mi casa, y que quede allí para siempre jamás".Ciertamente se hizo la voluntad de la misma tras su muerte , y durante más de un siglo, hasta bien entrado el 1600 permaneció la cabeza de ésta en dicho lugar, en la conocida por este macabro motivo, como Calle de la Muerte.Tiempo después se colocó un azulejo con una calavera, cambiándose el nombre de la calle y hasta la actualidad, por Susona.

Fuente: http://blue-fantasy.blog.com.es/2009/10/08/leyenda-de-susona-7127985/


 Descubre Sevilla Calle a Calle, Rincón a Rincón...



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